Las mieses ya han sido cortadas y empieza la recolección. La naturaleza ha completado su primer ciclo evolutivo, la tierra se va haciendo árida, la energía vital se debilita. El impulso vital se encuentra en su ocaso, las fuerzas se debilitan, las formas se adelgazan; pero el empobrecimiento de la vida animal es compensado por un orden del espíritu: es la aparición de la razón, buscando el hombre su medida en la lógica. La energía se canaliza en la esfera inmaterial de la inteligencia, en la agudeza de espíritu. Este signo corresponde, orgánicamente, al intestino en su función de criba, de asimilación y eliminación de desechos.
En la mitología Virgo está ligado a la historia de Deméter, diosa de la Tierra, y de su hija Perséfone, venerada como protectora de la agricultura.
Características generales
Mientras que Leo canaliza la energía hacia la conquista de la individualidad y toma de conciencia del ego, en el signo de Virgo la energía se canaliza hacia la racionalidad, la lógica y el análisis de las propias capacidades intelectuales. Del mismo modo que en este período se realiza la separación de la mies de la madre Tierra y la consiguiente selección para la recolección, en la psique de quien nace bajo el signo de Virgo existe la tendencia a dividir, clasificar, analizar y eliminar lo superfluo. Mercurio, planeta regente, es aquí muy distinto del Mercurio-Aire de los Géminis. En el elemento Tierra de Virgo pierde la movilidad y la improvisación y convierte la personalidad en moderación y autocontrol.
Temperamento nervioso en el que la vida psiquica y mental pasa por delante de las manifestaciones físicas; naturaleza refinada, de reacciones flexibles, de conducta selectiva, con algunas dificultades de adaptación y de integración al medio ambiente, con una inquietud latente. En el rechazo del instinto se encuentra la base de su personalidad:
el ser pasa todo por la criba, reflexiona antes de actuar, a veces incluso «busca cuatro pies al gato». Gracias a este freno, introduce en su vida una disciplina y edifica un orden que satisface un ideal. De ahí un lado perfeccionista, un deseo de cultura o de perfección moral que satisface una necesidad de autodeterminación, de seguridad en sí mismo. Ante la angustia por lo desconocido, prefiere apoyarse en la sensatez de su juicio, situando su salud a un nivel de reflexión, un cálculo razonado, un acto perfeccionado. Práctico, realista, busca la seguridad, la quietud, vive en defensa contra el Instinto, a través de mecanismos de protección, bajo forma de retracción del Yo (introversión, reserva, pudor, timidez, sobriedad, sentimiento de inferioridad, desapego…). Tendencia general a retener, a controlar, a disciplinarse, a dominarse; economía, parsimonia, acumulación, conservación; contemporización, creación laboriosa y escrupulosa, manía del detalle, apego a los principios, a las reglas y consignas; honestidad, conciencia, la aplicación, respetabilidad, pureza, perfección; análisis, duda, escepticismo, lucidez, organización, método, clasificación, sistemátización, gusto enciclopédico; espíritu dirigido hacia las cosas difíciles, laboriosas, ingratas o penosas.
Las facultades mentales se imponen sobre las instintivas. La predisposición a la inquietud origina un sistema nervioso muy sensible; con estados de ánimo alternos y cambiantes. La duplicidad del signo hace, por una parte, el carácter pesimista, inclinado a la melancolía y a menudo con ideas destructivas, aunque por otra puede conferir una fuerte inclinación creativa dirigida a la búsqueda de la perfección e incluso del refinamiento. Negando instinto, la personalidad intenta controlar, ordenar su flujo vital. Siempre está presente la preocupación por mejorar y mejorarse con una atenta búsqueda del detalle y de lo particular.