Aries es el primer signo del Zodíaco y está unido al despertar de la naturaleza, al nacimiento violento e impetuoso de la vida tras el largo sueño invernal. Simboliza el fuego original que se manifiesta a la entrada de la primavera, el surgimiento de las fuerzas brutas de la vida (estallido de las yemas, nacimiento de los brotes de la tierra, celo de los animales…). El ritmo vital, bajo este signo, es el de un salto adelante, de una aceleración: comienzo, renovación, propulsión, impulsión, chorro, estallido, explosión,.Es el soplo del fuego prometeico, ese fuego a la vez creador y destructor, ciego y generoso, caótico y sublime, capaz de expandirse en todas direcciones. En la Mitología griega se le asocia a la historia de Friso, hijo del rey Atamante y Néfele, a quien ésta hizo huir montado sobre el vellocino de oro para que » Ino » segunda mujer de Atamante, no lo persiguiera.
Características generales
Este signo, influido por el Sol y por Marte, símbolos masculinos, representa la fuerza, la agresividad, el deseo de afirmación viril; así como la violencia, el ímpetu, la fuerza brutal a menudo necesaria para defensa del entorno en el que el hombre vive. A Aries le corresponde la primera casa del Zodíaco, que representa la personalidad en el estado puro, los instintos, el carácter del individuo enfrentado a sí mismo. Es la primera toma de contacto con el mundo. Aries representa el nacimiento, que es siempre un acto violento. Quien nace con el Sol en este signo es valiente, intrépido, pero también informal en el trabajo, intolerante y a menudo agresivo. Impaciente, lo quiere todo al instante; ataca con furia, a menudo ciega e irracionalmente, quemando etapas e infravalorando las dificultades. La caída de Saturno, símbolo de lo racional, hace que los.
Aries sean poco reflexivos y con poca capacidad de concentración, defecto vienen compensados por el deseo violento de alcanzar las metas por ellos fijadas por su gran vitalidad (exaltación del Sol). Si el obstáculo es demasiado llega a ser superado, Aries cae en frustraciones profundas y en estados de pesimismo. Su vida está caracterizada, de hecho, por períodos de optirnismo que alternan con períodos de desaliento. Su comportamiento está dominado inestabilidad, cambios bruscos, por la emotividad, por la tendencia al riesgo.