Las raíces se están formando poco a poco en la tierra y conquistando el espacio al que se adaptarán con total disponibilidad para poder desarrollarse todas juntas y dar a la planta el mayor número de probabilidades de alcanzar la superficie.

Simboliza en la Naturaleza la primera asimilación de la semilla nuevamente sembrada que se integra en el medio terrestre. Este signo de Aire-Fijo no representa ni el lazo espiritual de Géminis, ni el lazo afectivo de Libra, sino el del alma revelada por el mundo de afinidades electivas cuyo fin es el de la fraternidad universal. Frente a Leo que personifica la realización del individuo cuya voluntad se encuentra toda al servicio del Yo, el Acuario representa el aspecto al estadio superior de la Persona por la aceptación del otro hasta llegar, así, a formar parte del Universo.

Mitológicamente está asociado a la leyenda de Deucalión, hijo del rey de Tesalia, que logró escapar en su barca del espantoso diluvio que había sumergido a Grecia. Simboliza la capacidad de elaborar nuevas formas de civilización.

Características generales

Opuesto a Leo, signo de la individualidad y de la vitalidad, Acuario sueña un mundo colectivo donde sus mil ideales pueda realizarse. Su personalidad es extremadamente abierta a toda nueva opción, sobre todo si ésta no merma su sed de libertad. La ductilidad, la curiosidad por todo aquello que no es tradicional, la disposición tanto material como intelectual son de hecho las características de este signo. El deseo de trascender la realidad humana convierte a menudo a Acuario en un individuo idealista, algo místico y deseoso de lo absoluto, de la fusión total del propio yo con el mundo entero. El solamente puede verse a si mismo a través de los demás, de ahí su elevado grado de sociabilidad, así como el deseo de experimentar continuamente. Acuario corresponde a la undécima casa del Zodíaco, que es la de la afinidad, la de la relación con los demás, la de la tolerancia y la del equilibrio. Si en la carta natal prevalece la componente Saturno-Neptuno estaremos ante individuos tendentes a los altos ideales de hermandad, deseosos de vivir más en el plano espiritual que en el práctico. Dotados de un gran sentido humanitario, dispuestos a la entrega absoluta, olvidándose de sí mismos en favor del bien común.

Este tipo desemboca en dos vías según su dominante saturnina o uraniana:

La sabiduría: La tendencia a sobrevolar por encima de las cosas le aleja quizá de lo real (de ahí una cierta esquizofrenia, aunque es un ser sano), pero le permite alcanzar un cierto nivel de elevación que responde a su necesidad de libertad y de ideal. Si no se pierde en la desorientación de un alma inquieta que va flotando por la vida por no poder concretizarse lo suficiente, se encuentra liberado y sin el lastre de todo lo que entorpece a un ser. Vive al margen de las cárceles aprisionadoras del instinto, en dirección a un mundo suprasensible que él puebla de imágenes, de sensaciones, de visiones.

No quiere más que pertenecer y entregarse a un destino extrapersonal hecho de desposesión, de decantación, de purificación. Lleno de una inmensa renuncia, esta gracia o esta sabiduría lo devuelve a la condición humana en una reconciliación del hombre con el Universo.

La aventura: Frente a la gracia hay el poder, el sueño sobrehumano, la aventura prometeica. Este tipo vive en un clima de alta tensión y tiene una sed loca de desmedida. Inadaptado, excéntrico, original o rebelde (no quiere ser como los demás) es ese ser independiente, ese individualista obstinado que aspira a evitar los senderos ya trillados, romper con las rutinas y prejuicios, olvidar las contingencias; despreciar las convenciones, trastocar las costumbres establecidas de la moral y la sociedad. Lo que él quiere es la novedad, el modernismo, el «último grito». Lo que le tienta es la revolución, el re cord, el frenesí, la necesidad de ir hasta los limites extremos de su poder, de llevar al infinito los limites de lo imposible, la búsqueda de lo absoluto.

Su instinto es muy marcado y, con la ayuda de Saturno, se nutre de elementos racionales, que le proporcionan una intensa creatividad, sobre todo en el campo ideológico. Si por el contrario, prevalece la componente de Urano conformará sujetos inquietos, originales, innovadores y llenos de intereses, sobre todo en el campo técnico-científico. Audaces y dispuestos para todo tipo de cambios, su propia ductilidad los empujará a ir con los tiempos y a adaptarse a toda idea nueva o nueva corriente de pensamiento.

El anticonformismo y el rechazo de las tradiciones, si no están apoyadas en unas ideas muy claras, pueden crear individuos violentos, peligrosos, veleidosos y con fuertes tendencias destructivas.Para un Acuario es esencial vivir positivamente su propio Urano: sólo así su personalidad puede realizarse a través dc la unión con los demás en una visión humana y sensible de la realidad. Si el planeta se muestra disarmónico, revelará su lado negativo, creando personas inclinadas al oportunismo, a la deslealtad y al compromiso fácil.

En general la existencia de los nativos de Acuario está caracterizada por los cambios y la inestabilidad que, por otra parte, éstos viven casi siempre de modo positivo, ya que sólo así pueden enriquecerse a través de las múltiples experiencias de las que tienen necesidad extrema. Si logran vivir positivamente su afán de progreso, podrán perfeccionarse tanto en el campo político como en el científico.

La mujer del signo
Es inconformista e independiente. Al igual que el prefiere relaciones basadas en la libertad recíproca que no la involucren sentimentalmente. Tiende más hacia la vida comunitaria que hacia la pareja o la familia.

Anatómicamente
Acuario está asociado a los tobillos, pantorrillas.