Natal Belo
EL TAROT
Sin duda alguna este Arte de Adivinación encierra un conocimiento muy profundo que siempre me ha hecho reflexionar, sublimar y maravillarme, cada vez que he estudiado su simbolismo y utilizado una de sus prácticas para predecir el futuro. A partir de ahora y cada semana incorporaré un elemento a este mágico apartado. Mi deseo es que todos los usuarios intenten ver con otros ojos y con otra perspectiva que el Tarot es algo más que un juego para predecir el futuro. el Arte del Tarot representa un simbolismo intrínseco en todos sus elementos que está más allá de las modas y del pensamiento humano a lo largo del tiempo.
Introducción al Tarot
Se trata, en apariencia, de una baraja de naipes común y corriente compuesta de setenta y ocho cartas, definidas como arcanos: veintidós mayores y cincuenta y seis menores. En ellas se representan símbolos alegóricos, en que el Tarotista se apoya para poner en marcha sus dotes paranormales de clarividencia y precognición que todos, en cierta medida, poseemos de forma natural, como herencia ancestral y de desarrollo de estas actitudes mentales como evolución de la conciencia.La baraja del Tarot, vista en su globalidad, se presenta por sí sola: un libro sagrado, iniciático, un instrumento especialmente creado para el desarrollo de una sensibilidad particular, una aguda atención al detalle, al símbolo, para llegar a descifrar el código de un lenguaje tan misterioso como antiguo.
El Tarot funciona como una síntesis de todas las doctrinas, experiencias humanas, etapas, acontecimientos y situaciones que constituyen la vida misma, y precisamente en virtud de este sincretismo, de esta familiaridad, utilizarlos, comprenderlos y orientarse en ellos puede resultar sumamente fascinante.
Toda la historia del hombre se concentra en este carrusel de cartulinas de colores: está el nacimiento y la muerte; están siempre presentes el amor, el triunfo, la caída, la tentación, la recompensa, entrelazados en la vivencia de cada cual. Todo está escrito ya en una especie de proyecto evolutivo, que desde la fase inicial, juvenil de la experiencia, representada por el Mago, conduce hasta el momento de rendir cuentas, hasta el balance final del arcano del Juicio. Y desde allí se vuelve, a través de la carta del Loco, sin número, al punto de partida, pero a un estado distinto de conciencia, en una espiral evolutiva que recuerda la rueda del Renacimiento: una nueva encarnación en la tierra para aprender en ella una nueva lección, para enfrentarse a una nueva forma de conocimiento y a un nuevo destino.